PALABRAS VIVAS DENTRO DE NUESTRA MEMORIA CONGELADA EN EL TIEMPO
(fotografía y nostalgia)
En el presente ensayo se intentara hacer la conexión entre dos textos; LA CHAMBRE CLAIRE (la cámara lucida) de Roland Barthes y SER EN EL MUNDO de Salvattori Coppola, como herramienta de conexión se tratara de verificar cuan peligroso puede ser jugar con el lenguaje y los recuerdos que a través de ellos se involucran y expresan, así dando a conocer el aspecto trágico que se reproduce en ambas obras, de alguna manera, esto actuando como un espejo el cual refleja al escritor, es decir nosotros actuando como reflectante, una especie de herramienta para que se lleve acabo su creación dentro de nuestras configuraciones mentales, y así entre-leer dentro de la subjetividad y poder crear como lectores un panorama estético ( en cuanto a la creación de imágenes literales), algo tangible y sustancial de la escritura.
Si tomamos en cuenta, podemos coger una fotografía, considerándola así una parte de la realidad manifestada en un trozo de película fotográfica, aquí podemos observar, intuir, sentir, diferentes devociones que nos proporcionan los estímulos que esta nos depara. Si bien podemos fotografiar nuestras vidas a lo largo de ella , y con esto podemos recordar, tener noción de lo sucedido, de nuestro entorno, de nuestras facciones horrendas etc. Mas bien no podemos construir lo que falta, lo que esta en medio de dos fotografías en secuencia, ese espacio inexistente al ojo humano, incomprendido por nuestras mentes, esta franja fragmentaria, línea destructora de tiempo, no nos permite retratar la realidad tal como es, mas bien nos dificulta la interpretación de esta, ya que esa perdida temporal nos ofrece la alfombra roja hacia la subjetivacion, al ¿qué sucedió ahí?. La realidad es continua, si la miramos desde fuera. Pero si nos detenemos a observarla a través de nuestro interior, preguntándonos tal vez ¿qué me sucede a mi con el mundo?, con este tipo de reflexiones llegaríamos a la experiencia propia e individual de nuestra posición en el mundo, de nuestro rol único e irremplazable, el cual nadie podrá descubrir con precisión, ya que esta en lo mas intimo de nuestras percepciones, podríamos deducir que somos las franjas faltantes de esas exposiciones estéticas, ya sea una fotografía, una novela o una pintura. Sin agentes exteriores, como un lector, un observador, no existiría ni un arte, ni un nexo entre una fotografía inicial, ni la consiguiente, ese espacio lo construimos nosotros, a través de imaginaciones, vivencias, ajustes de cuenta con la realidad. un involuntario, Coppola desde “mi ser en el mundo” lleno esos espacios, esas franjas que pasan desapercibidas, ¿de que forma lo hizo?, pues Saliéndose de su visión interna, como puede ser esto posible, la explicación es sencilla, siempre vemos la vida y todos los aconteceres de cualquier ámbito desde nuestro punto de vista irrebatible, generando una especie de historia lineal, digo lineal por que proviene solo de nosotros, pero, la vida tiene altos y bajos, unos dicen algo en este lado del mundo, pero al otro lado al mismo ”tiempo“ otras personas dicen cosas, en otros idiomas, en otro orden gramatical, pero nada pasa únicamente en un tiempo, es decir de alguna forma para darle tiempo a un relato, hay quitarle este mismo, suena un poco absurdo, pero lamentablemente las imágenes, objetos, pensamientos, nociones son tridimensionales, cual fue el fin de Coppola S. con esto, reencontrarse con la dimensión de la cual había sido despojado, y así sintiendo un compromiso eterno, con su reencuentro, su búsqueda. Al ser separado, su ser, su persona fue fragmentada, y quien es mas sino Él, el único puente para anclarse a su espíritu, su espíritu natal, la única solución a esto es crear un alter ego, el cual sino existiese no podría ejecutar esta búsqueda, ya que para tomar posesión de algo que esta al medio necesitamos estar en ambos extremos, para así poder estrechar nuestra mano, ajena en ese instante, pero familiar en el reencuentro, en el abrazo de la completud, donde la esquizofrenia mundana se desvanece y podemos decir fiablemente fui y soy en el mundo con certeza( de alguna manera una estrategia, sincrónica) y esto sin mas van de las manos con la historia del sujeto ( trapaleémoslo usando la palabra diacrónico ).
La fotografía, tiene una suerte de dependencia hacia lo real, la escritura según “mi ser en el mundo” no la tiene ya que podemos escribir, garabatear sobre cosas inexistentes y nuca serán realidad, excepto que un tercero le de vida dentro de su subjetividad. Volviendo a la fotografía, esta atada a lo real, de forma estética, uno al hacerla hablar o el solo echo de pensarla, hace que esta pase de inmediato a ser transgredida por signos lingüísticos, los cuales forman nuestro mundo simbólico, si hacemos una escala seria posible, observar una fotografía, pensar en ella, escribir sobre ella, tenemos tres categorías, las cuales comparándolas con la “nivolina” de Coppola S., la palabra “ser en el mundo”, actúa irrefutablemente a mi parecer como un tercer elemento, podemos decir que esa frase funciona como un fragmento del mundo .perdido en el tiempo, la frase ser en el mundo a mi parecer esta en medio según ordene las categorías dichas arriba, al llegar a ese punto, y tener la inexistente exactitud de perfección de ser, podemos recién ahí atrevernos a decir, tal vez soy de una forma correcta en el mundo, esa seria la dificultad estética de las obras, ya que se destruyen todas las leyes de la realidad ( dividirse en dos para enfrentarse a un polo de si mismo, incluye modificar el lenguaje que nos construye como seres, los cuales somos construidos mentalmente simbólicamente, una concatenación de signos lingüísticos, si modificamos nuestro interior simbólico, afuera nuestras acciones también cambiaran ), incluyendo dentro de esta categoría el tiempo, para poder expresar un suceso sumido dentro de este mismo, un suceso trancado, así de alguna manera detener una escena pegada en nuestro imaginario, y plasmarla para siempre. Es una paradoja, detener el tiempo en una imagen, una escritura, para así darle vida para siempre, darle vida dentro de cada uno, de cada uno de los agentes que aprecien una obra de cualquier tipo, yo como lector doy tiempo a la obra, la obra sin mi no existe en el movimiento, es decir queda petrificada.
Sin un alter ego, traer un echo del pasado, seria violar leyes universales, a que me refiero, me refiero a que estaríamos matándonos, sumergiéndonos, embarrándonos las manos, no existiría congruencia con el ahora, al igual que Rolland Barthes y Salvattori Coppola generaron una estrategia, para verse a través de otros ojos dentro de sus mismo ojos, generando una formula, una especie de manual decodificador de signos, suena absurdo pensar en que la división de un ser lidere a algo bueno, pero la verdad es que esta división permite tener dos perspectivas interiores, una sin tener noción de la otra, para luego encontrarse con un completo desconocido, y poder darse un abrazo a uno mismo sin saber quien somos, sin recelos, sin resentimientos, y así generar un una hermenéutica infinita, “re-aprenderse y re-aprehenderse nuevamente”.
“”…- Cuídate, cumpa – miguel Tipay trepó de un salto al Express-Zung en movimiento; asomado a la ventanilla mugrienta, cuyos vidrios lucían un vómito reseco, vinoso y purpurino, agitó el adiós de su derecha, los dedos abiertos y extendidos: -¡Cuídate, guevón, que haces falta!””
Esta cita es considerada una imagen a mi parecer personal, ya que su dimensión descriptiva es bastante amplía en el sentido que podemos imaginar sentir, y casi exageradamente, oler la situación, intuir, ser cómplice de esta escena de despedida, aquí podemos ver el punctum como algo lo cual me hizo llegar a este fragmento de la novela ser en el mundo, el cual fue , el sentir la desesperación de la partida de un ser querido, gavillado en mi esa fijación casi autodestructiva, por causa de vivencias similares en mi vida persona, fui sometido a ritos de partida muy dolorosos, dejando atrás todo, irremediablemente y sin mi consentimiento, esa es la causa fatal de mi fijación en esta prosa estéticamente configurada, de aquí nace el punctum, el saber de el escritor, su habilidad para haber podido retratan tan melancólica despedida, también de aquí se desencadena , la emoción la situación, que se intenta que llegue al lector, transmitir una sensación, una situación en la cual siempre existió y existirá al sensación universal de angustia de dejar un lugar, para este proceso tome la decisión unánime de despojarme de el contexto de toda la obra, como si leyera esa cita sin saber que hay atrás y delante de ella, para así poder verificar si existe un sentimiento universalizado, y si es que el autor pudo persuadir de la forma que este buscaba, la fatalidad de sentir lo mismo que este sintió un momento determinado, bajo cierta atmósfera dada, en casi al nivel de su piel al momento de marchar, como si el autor quisiera que me hubiera tele transportado y quisiera que todas las despedidas en mi vida hubiesen pasado por mi cabeza, al mismo tiempo casi perfectamente que esta sintonía mental con la lectura influyera bajo mi cuerpo, casi al nivel de comprender al personaje en su esencia máxima, en su interior, es decir esta escrito de tal forma que el escritor me invita a pasar al interior de los sentimientos de los protagonistas, aquí es dónde nace trágicamente el spectrum, el fantasma que viene de las tumbas a tocar mi espalda a arrojar el pasado encima, consigo las emociones y recuerdos que producen ese fragmento de ser en el mundo que trágicamente se esta comportando como una fotografía, en el aspecto de que revive momentos pasados, el único fin trascendental de esta obra ser en el mundo, ajustar cuentas con el pasado, para así poder sentirse completo, finito, con su propio ser como se ah planteado durante todo este ensayo.
Después de haber despojado razón sobre este ensayo, me atrevo a decir, que la disociación entre líneas y personas son una necesidad profunda de encontrarse, de recuperar esa patria perdida, en todo ámbito, ámbito terrenal y espiritual, para eso necesitamos revivir situaciones ya sean reales o ficticias, pero de algún modo vivir lo que debimos haber vivido en un momento determinado, aquí, y así, dividirse en alter ego y narrador y propio lector de si mismo, para así juntarse en algún cierre de tapas, reencontrar el yo purgado que en algún lugar no correspondido se encontraba, al llegar a cabo esta fantástica y hermosa tarea, podemos cerrar el libro( o una vida) con toda devoción devoradora de libros( o conocimientos ), y poder decir: se ah reactualizado mi configuración mental, mi visión del mundo, mí postura en este, mis roles no terminados, mis temores han cambiado, eh aquí la conclusión de una hermenéutica pura, sin un cierre definitivo, con una continua reelaboración de el sujeto, con la finalidad de sentirse completo, a través de la realización...
…ahora podemos cerrar las tapas y decir SOY; EH SIDO Y SERE EN EL MUNDO ETERNAMENTE.
BIBLIOGRAFIA
- Coppola S. (2005) “Ser en el mundo” ; Chile ; Pentagrama Editores.
- Barthes R. (1996) “ Le chambre claire” ; Buenos Aires ; Paídos.