la injusticia esta segura de querer acabar conmigo, desde que pongo el primer paso sobre el pie, hasta que muerto por tres horas en oniria me persecute...siendo el vortice de mi mismo, podria ser la circunsferencia de una figura, con la vista empañada, quien puede reconocer lo que tiene, con el pañuelo sucio quien puede limpiarse, con las manos quemadas de frio y gastadas por una guitarra aun mas vieja que yo, con esos dedos duros, que parecen ramas,quien pude acariciar asi,y sobre escribir lo que esta escrito, con la vista empañada y las manos quebrajadas, y con un nombre poco claro, quien puede salir a la calle a gritar de felicidad,festejar lo que no existe, volar por una ciudad transparente, ni los gatos mas viejos, ni los perros mas tuertos pueden comprender, ni los monstruos mas ocultos en la oscuridad pueden mirarme a la vista, menos a los ojos, que hoy vidriosos, a punto de cobrarse y quebrarse, arden en las llamas, del infierno, de estar, pero poder ser,nada es culpa mia pero recae sobre Mi, nada es mio pero ahi esta...
...hacia el aire de adentro se escucha, por que yo...pero tu, por que tu. por que yo's, por que eYOs...el rostro como cobre derretido cae sobre mis manos de madera, quemandolas como volcan a su vestido, tejido por el viento...no quiero ingresar al conformismo,ni menos explorar el cinismo,pero que mas da Marcelo, si la solucion esta al frente de los ojos, de las manos de los pies, de el pecho de la sangre, a 100 años luz de distancia desidora, el cosmos no me apoya, el sol no me alumbra, cuatro puños, y un dia que parece no pasar, como diria chinoy, que tan amable con su musica me retiene solo unos instantes, los bosques estan lejos, la paz esta lejos, la verdad esta mas lejos aun, , donde esta el amor que busco, a veces creo tenerlo en mis manos, pero a veces esta tan lejos, pero tan lejos, que lloran mis ojos del esfuerzo...
denuevo esa sensacion, del pecho, de los ojos, del cosquilleo en mis manos, de la tencion de la piel, del arbol roto, de la covardia del mundo, como si fuera de ceda el pañuelo de puas, con pintas negras, que salen de mi boca, manchan mis cigarros, y ensucian mi vida, que dolor aquel... . . . . . .